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La esposa de Montilla confiesa preferir que sus hijos sepan alemán antes que catalán





Anna Hernández, confiesa en una biografía autorizada de su esposo, el presidente de la Generalidad, José Montilla, que dos de sus tres hijos solo estudian una hora en catalán a la semana en el Colegio Alemán en el que cursan sus estudios. “Prefiero que sepan alemán”, ha remachado.

El libro Descubriendo a Montilla, de Gabriel Pernau, ha sido presentado este jueves en el Palacio de la Música en presencia del propio presidente autonómico.

Según recoge El Mundo, Hernández -que fue salpidada recientemente por una polémicadebido a la excesiva acumulación de cargos públicos en su persona explica en el libro: “Muchos padres están de paso y, como regresarán a Alemania, los niños no reciben clases de catalán. Los otros [los catalanes], una hora a la semana. Mis hijos saben catalán perfectamente, a pesar de que escribiendo hacen muchas faltas deortografía. Dan poco catalán, ésta es la verdad, una hora a la semana es poquísimo. Pero bueno, ya lo supliré yo más adelante. Prefiero que sepan alemán“.

Y añade: “Los idiomas son mi asignatura pendiente y creo que si no aprendes el alemán de niño no lo aprendes nunca. Los niños saldrán del colegio dominando perfectamente el alemán y el inglés. Es una maravilla. Sólo por saber alemán ya encontrarán trabajo. Es como tener una carrera”.

Anna y Hèctor, dos de los trillizos de la pareja, van al Colegio Alemán de Barcelona San Alberto Magno,una escuela de élite localizada en Esplugas, subvencionada por el Gobierno de Alemania, cuyas cuotas rondan los 400 euros mensuales.

En la misma biografía se recogen unas declaraciones de Montilla a favor de la inmersión lingüísticaobligatoria exclusivamente en catalán: “A comienzos de los 80 se pusoen marcha la inmersión lingüística. En poblaciones de mayoríacastellanohablante hubiera podido causar problemas y no sucedió.En primer lugar, por el deseo de integración y de aprender el idiomadel país de la mayoría de las personas que habían venido de fuera y desus hijos. Pero también por la actitud responsable de la mayoría deformaciones políticas catalanas. [...] Siempre he creído que se debe proteger la lengua propia del país[el catalán], porque está en una situación de desventaja. Se tiene que hacer porque es la propia y por la situación en que se encuentra. Mientras sea así hay que protegerla y llevar a cabo una discriminación positiva“.



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